2010/02/23

Coincidencia

¿Existen las casualidades? Claro que sí. Mientras leía en casa Sobre la historia natural de la destrucción de W.G. Sebald, en la que se habla de los bombardeos de más de un centenar de ciudades alemanas durante la II Guerra Mundial, en los que murieron unos 600.000 civiles, me encuentro en El factor humano, de Graham Greene, -que voy leyendo en el autobús- con un par de referencias a semejante hazaña, circunscrita en este caso a los bombardeos de Dresde y Hamburgo,

Sebald, que aborda el escaso tratamiento que la literatura alemana de posguerra ha dado a esos hechos, describe la destrucción desnuda, sin maquillaje. Probablemente los alemanes que sobrevivieron a aquel horror se quedaron mudos, incapaces de expresar con palabras los acontecimientos narrados. Greene se limita a citar el pecado, para que aquel que se sienta aludido, profundice en los hechos.

No se trata de hacer paralelismos con el holocausto de los judíos, los gitanos, los homosexuales y los comunistas. Pero de éste, especialmente del padecido por los judíos, con sus millones de muertos, existe un amplio eco en la literatura y en el cine. De la destrucción planificada de las ciudades alemanas apenas si hay unas pocas referencias bibliográficas.

Por cierto que Sebald, al final de su obra, cita a Gernika como una de las ciudades que probaron más tempranamente la técnica del bombardeo aéreo masivo y la destrucción implacable de sus edificios, de sus infraestructuras y, por supuesto, de sus habitantes.

FICHA:
- Sobre una historia natural de la destrucción - W.G. Sebald, Anagrama, Barcelona 2003
- El factor humano - Graham Greene, Edhasa, Barcelona 1998

2010/02/15

Siempre Céline


Hay escritores de los que uno no puede desprenderse, aunque lo intente una y otra vez. Al final, regresan. Uno de los que me turbian el ánimo es Louis Destouches, conocido como Louis-Ferdinand Céline, posiblemente el mejor escritor francés del siglo XX. Su antisemitismo, su nihilismo, su carácter huraño, a veces ruin con sus mejores amigos, su desconfianza de todo y de todos no le han ayudado en nada, ni vivo ni muerto.

Hace pocas fechas terminé de leer la biografía y estudio de su obra elaborada por Maurice Bardeche. Un libro muy recomendable para quien no esté puesto en este autor, ya que puede realizar con su lectura una primera aproximación a su vida y, sobre todo, a su obra.

Su descripción del estilo, recurriendo a la imagen del espejo cóncavo, como antes haría Valle-Inclan, me ha parecido sobresaliente. El mismo Céline decía que si acercamos un bastón al agua, se reflejará en ésta con un cierto ángulo de deformación, por lo tanto ese bastón deberá ser retorcido para que la imagen reflejada corresponda a la trayectoria real de dicho bastón.

Con sus luces y sus muchas sombras, Céline tuvo la constancia de escribir sin parar. de forma enfermiza, prácticamente hasta su muerte en 1961. Una de las aportaciones más interesantes del estudio consiste en la defensa que Bardeche hace de las últimas obras del autor, especialmente de su trilogía: "De un castillo a otro", "Norte" y "Rigodon". Bardeche ensalza especialmente "Norte", que no he leído aún, por lo que no me voy a extender sobre el particular.

Esta opinión choca con el tópico de que Céline es "Viaje al fin de la noche" y poco más. Un tópico usado por quienes no han leído otras obras del autor francés. Simplemente "Muerte a crédito" está a la altura, si no supera, al ""Viaje". Ahí están además "Guinols band", "Fantasía" o "Normance".

Se podrá denigrar a Céline por su posicionamiento político y moral en torno al antisemitismo y al propio nazismo. Yo soy el primero en rechazar esos posicionamientos xenófobos. Pero lo que no se puede cuestionar, a día de hoy, es la obra en conjunto de Céline, sólida, amplia y sostenida en el tiempo.

FICHA:
- Louis-Ferdinand Céline - Maurice Bardeche, Aguilar, Madrid 1985